Por la mente humana pasan miles de pensamientos al día. Situémonos, por ejemplo, en un partido de fútbol. Las reglas. El balón. La portería. El contrincante. Todo ocurre al tiempo y hay que tomar decisiones en segundos.
Ahora imagínese que es un robot el que toma esas decisiones, pero no es algo tan sencillo como llevar el balón del punto A al punto B, sino que debe emular sentimientos y emociones para determinar cuál es la mejor jugada en ese preciso momento, teniendo en cuenta el contexto.
Esa es una de las líneas de trabajo del grupo de investigación SIRP (Sistemas Inteligentes, Robótica y Percepción) de la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Javeriana. Las ingenieras Alejandra González y Flor Ángela Bravo hicieron su tesis doctoral —dirigidas por el ingeniero Enrique González PhD— sobre este sistema de inteligencia artificial y recientemente consiguieron una patente estadounidense para proteger su invención.
“Queríamos salvaguardar ese conocimiento que es el fruto de más de 10 años de investigación y modelado matemático. Tan solo mi tesis doctoral duró cinco años y luego, Flor Ángela la continuó. Grupos de maestría, doctorado y pregrado también han seguido con este trabajo en diferentes líneas”, comenta González.
Un mundo de posibilidades
Aunque uno de los ejemplos con los que lograron la patente es el fútbol robótico, eso no significa que la inteligencia artificial que crearon solo funcione allí. Su invención puede ser usada en robótica educativa, mercadeo, agricultura, simulación de conflictos sociales, aplicaciones industriales y cualquier área de conocimiento que requiera una solución desde la toma de decisiones.
González explica que las inteligencias artificiales, como su nombre lo dice, simulan la inteligencia, ya sea la de una hormiga, una jirafa, una planta o, como es el caso, la de un humano. Por lo mismo, lo que tienen ahora es principalmente un modelo matemático que, como la inteligencia misma, es tan abstracto que se puede visualizar en cualquier presentación. “Tú no ves la inteligencia sino los resultados de ella”, explica la ingeniera.